martes, 20 de enero de 2009

Obama entronado, crónica del teatrillo y la esperanza depositada

Puestos a pensar y elucubrar, imagínense que son ustedes negros y viven en un lugar donde medio siglo atrás sus libertades como persona se veían coartadas por el simple hecho de tener más melanina que un tejano. Eso es lo que pasa con Obama, ahora ya es presidente de los Estados Unidos. Habiendo hecho, claro está, ya la milimetrada y ultra-detallada acción de escaparate en que consistió su investidura.

Se trató de un conjunto de paseos y juramentos sobre biblias centenarias que añadieron todo el simbolismo de que se precisa el hecho de ser nombrado presidente del mundo, no en vano todo lo que se hizo es tradición. En el Mall Nacional de Washington se congregaron unos dos millones de personas para ver entronarse a Barack Obama como presidente número 44 de los EUA. Casi tres quilómetros de los cuales un buen trecho se hizo a pie, en la parte más segura del recorrido, allá donde los edificios más próximos se podían blindar de seguridad más fácilmente.

Pero cómo vivieron en el resto del mundo aquél gran teatro. Las cifras de las audiencias en España, por ejemplo, hablan de más del 50 por ciento de share para esos momentos. Gran éxito. Como mínimo en cuanto a asistencia Obama rompió esquemas, ahora bien, más allá de la euforia de ciertos medios, una gran masa social de gente del resto de América (el patio trasero de los Estados Unidos) mira la investidura titánica de Obama con contenida impaciencia.

En este vídeo, la periodista de la CNN Becky Anderson, relata el seguimiento mundial de la toma de posesión de Obama, y en este otro a continuación, vemos el accidentado juramento de Obama, biblia en palma de mano blanca, cuando erra al recitar el segundo verso de las 39 palabras.

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