martes, 4 de noviembre de 2008

Voto latino

Puestos a pensar y elucubrar, imagínense que todos los territorios de la tierra volviesen a ser habitados por sus primogénitos moradores. Fuera las discusiones sobre si Estados Unidos tendrá o no presidente negro. Sería indio, aunque no se llamaría así, sería un americano…

Planteado el hipotético y no por eso menos absurdo panorama, creo conveniente hablar de la fuerza del voto latino, y su consecuente uso electoral, en las elecciones que ya se producen en EUA. Si antes lo fueron los negros, la minoría mayoritaria en el país son ahora los hispanos. Medio Caribe y parte de la América latina se ha visto obligada a probar suerte en el gigante estadounidense. Como suele pasar con todo fenómeno migratorio, quien llega último menos pastel tiene y a día de hoy la comunidad latina lucha por suavizar los duros trámites que han de pasar para acceder a la ciudadanía estadounidense (que allí se llama “normalización”). Los aficionados a la teleserie Los Simpsons recordaran aquel capítulo en que el regente hindú de unos ultramarinos conseguía la ciudadanía al aprobar un examen sobre costumbres, lengua y cultura norteamericana tras la inestimable ayuda de un patriota de pro: Homer …he ahí.

Este es uno de los temas que los latinos barajarán a la hora de decidir su voto. Y en esto McCain puede empezar a arrepentirse de pertenecer al mismo partido que George W. Bush. La propuesta de éste de penar con cárcel la inmigración (denominada) ilegal (es decir, sin permiso de residencia) debe levantar ampollas y lo que no son ampollas entre la comunidad latina residente en EUA, que mira al sur para recibir a sus familiares en su nuevo país. Ese tanto se lo apunta por eliminación el moreno Obama.

Eso sí, hay una manera (sin aprobar el examen) para que los “ilegales” no sean expulsados: entrar en las fuerzas armadas. No en vano el 20 por ciento del ejército de los EUA son latinos sin papeles. Eso sí, si los habitantes de la primera potencia económica mundial no disfrutan de seguridad social, la carne de cañón que Bush ha enviado a Irak para destronar al antiguo amigo Sadam (the best in the East, le llamaban) no tiene asegurada volver a casa íntegra. Ni volver a casa. Para adornar el panorama, he aquí la guinda agria: en el caso de que el sufrido soldado Pérez muera en combate, papá Pérez y mamá señora de Pérez, sufridos padres sin papeles de residencia de sufrido hijo muerto tendrán que volver a su país. Es decir, el gobierno deporta a los padres “indocumentados” de los latinos muertos en combate. Es evidente que la política militar de Bush no debe agradar demasiado a los latinos residentes, con papeles o sin, en los EUA.

Pero entonces, ¿cómo se explica que el grueso de latinos censados y registrados para votar diese apoyo a Bush hace cuatro años? Lo que los medios recogen es que la consonancia de pensamiento entre el texano y los latinos reside en las cuestiones morales. En temas como la eutanasia o el aborto ambos confluyen. Además, está Florida.

En ese estado-península del sur-este la vida gira de otra manera, gira entorno a Cuba. La mayoría de los latinos residentes en Florida (estado influyente sobremanera en el recuento de votos) son exiliados cubanos, evidentemente, anticastristas. Parece que con esto está dicho todo, aquello de llamar comunista a Obama no sólo era por exagerar su (ya de por sí exagerada) visión socialista de la economía y la gestión de la crisis. Y es que el comunista es aun el bicho malo que se esconde tras los cubos de basura para atracarte, violarte y escupirte en la cara.

Desde la gran madre patria (aquello que hay debajo de Nuevo Méjico) todo se ve con mucho escepticismo. Una encuesta que hacía pública la CNN hispana, el latinobarómetro, muestra el desinterés de América latina por las elecciones de EUA: un 29 por ciento aseguraba que a América latina le iba mejor Obama en la Casa Blanca, un 9 por ciento McCain y el resto pensaba que lo mismo daba negro que blanco. La valoración que hizo Otto Reich, ex-secretario de estado adjunto con Bush, fue clarificante: "Cuándo América latina ha estado satisfecha con los EUA" se preguntaba retóricamente.

Todo apunta a que el voto latino caerá del lado de Obama esta vez, quién sabe, hacer hipótesis de lo que pasará de aquí cuatro horas quizá es fútil. Lo que es seguro es que esta vez los latinos tendrán más que decir, pues puede que decidan si Sí se puede.