Puestos a pensar y elucubrar, imagínense que ganan ustedes unas elecciones y han de formar un gobierno para comandar un país. ¿A quién depositamos nuestros cargos de máxima confianza? Los hay que escogerían a sus leales y los hay, como Obama, que prefiere juntarse con toda la fauna que en el sitio a gobernar haya.
El nuevo equipo de gobierno es más noticia por lo que le falta que por lo que tiene. Tener, tiene a Hillary Clinton (secretaria de Estado, ahí es nada), presencia o ausencia que era la comidilla de los medios norteamericanos sobre todo después que Obama nombrase a Biden como segundo, y por tanto, vicepresidente. ¿Qué más se puede decir del nuevo equipo?
Que no tiene apenas latinos (Ken Salazar, secretario de interior y Hilda Solis, secretaria de trabajo de ascendencia mexicana y nicaragüense), vista la renuncia de principios de año de Bill Richardson al secretariado de comercio ya que estaba siendo investigado por presuntos favores a una empresa durante su mandato como gobernador de Nuevo México). El equipo tampoco cuenta casi mujeres y que no hay negros. Hay judíos con lobbianos intereses (Obama anunció que hay que vigilar más los lobbies…, pero, ¿será verdad aquello de que ‘qui paga, mana’?), hay republicanos e incluso nombres con cargos en la etapa Bush. Los analistas políticos gustan decir en estas ocasiones que Obama ha preferido el consenso y la representatividad del espectro político estadounidense al erguimiento de un edificio de nueva planta, que acometa los necesarios cambios políticos de EUA con garbo. Que sea para bien.
En el vídeo podemos ver a Richardson diciendo adiós a su secretaria.
El nuevo equipo de gobierno es más noticia por lo que le falta que por lo que tiene. Tener, tiene a Hillary Clinton (secretaria de Estado, ahí es nada), presencia o ausencia que era la comidilla de los medios norteamericanos sobre todo después que Obama nombrase a Biden como segundo, y por tanto, vicepresidente. ¿Qué más se puede decir del nuevo equipo?
Que no tiene apenas latinos (Ken Salazar, secretario de interior y Hilda Solis, secretaria de trabajo de ascendencia mexicana y nicaragüense), vista la renuncia de principios de año de Bill Richardson al secretariado de comercio ya que estaba siendo investigado por presuntos favores a una empresa durante su mandato como gobernador de Nuevo México). El equipo tampoco cuenta casi mujeres y que no hay negros. Hay judíos con lobbianos intereses (Obama anunció que hay que vigilar más los lobbies…, pero, ¿será verdad aquello de que ‘qui paga, mana’?), hay republicanos e incluso nombres con cargos en la etapa Bush. Los analistas políticos gustan decir en estas ocasiones que Obama ha preferido el consenso y la representatividad del espectro político estadounidense al erguimiento de un edificio de nueva planta, que acometa los necesarios cambios políticos de EUA con garbo. Que sea para bien.
En el vídeo podemos ver a Richardson diciendo adiós a su secretaria.
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