En 1823, y al respecto de echar a las potencias europeas de Norteamérica, John Quincy Adams establecía: América para los americanos (entendiéndose americanos como estadounidenses). Casi dos siglos después, el despertar latino y, quizá, el sentido común de un presidente con ideas aparentemente lógicas pueden acabar con tal despropósito.
Obama se enfrenta a la crisis, eso es como enfrentarse a todo el mundo. Al enemigo en la sombra. Dónde cabe en este contexto la llamada “guerra contra el terrorismo” de oriente medio y largo… y, a todo esto: ¿seguirá Estados Unidos tratando con prepotencia imperialista su “patio trasero”? América Latina está ampliando en estos años su resistencia política y, con ello, su capacidad de resistencia a los EUA.
China y América Latina ya se entienden (sobre todo desde la entrada de China en el Banco Interamericano de Desarrollo), Rusia hace lo propio con Venezuela, de manera parecida actúa Iran, tal y como también mueven ficha Suráfrica y la India. Antiguos actores secundarios que con la crisis económica epicentrada en Wall Street ya no renacen, sino pueden empezar a dar juego. Por encima de relaciones gubernamentales, oenegés, comunidades religiosas, movimientos altermundistas y organizaciones criminales –como enumera Juan Gabriel Tokatlian en el Monde Diplomatique en Español de diciembre pasado– han unido férreos lazos por toda Latinoamérica. Los EUA poco han podido hacer para frenar estas asociaciones. Ni siquiera en las últimas recientes crisis institucionales en la zona los EUA han tomado parte activa, los países soberanos se lo han guisado y comido.
En el mismo artículo, Tokatlian ejemplifica la situación con diversos hechos notorios. Uno de ellos es la determinación del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de no renovar el uso de la Base Militar de Manta por parte de los EUA. Sus tropas deberán abandonar la localización este año. Socios de guerra de Irak como Honduras y Nicaragua muestran distanciamiento de Washington. A esto se suman los casos ya conocidos de tiranteces con los gringos. Venezuela y Bolivia expulsaron a los embajadores de EUA en sus capitales. Washington no ha podido hacer nada para responder a tal afrenta.
Con Obama, la independencia real de Latinoamérica respecto a los Estados Unidos parece más posible. En este vídeo, Obama se refiere a la política estadounidense con América Latina, hacia el minuto y medio:
Anunciar que pretende dialogar con sus "adversarios" Chavez y Castro es básico sienta una base de esperanza digna de seguir.
Sobre todo la independenic latina será real si se tiene en cuenta que los EUA necesitan cuidar a sus hispanos. No sólo porque empiecen a ser muchos, sino porque en temas como el narcotráfico, la inmigración y los recursos naturales empiezan a ser temas en los cuales el resto del continente ha de hablar de tu a tu con los EUA. No vale más filosofía de política agresiva contra Latinoamérica, pues así a Obama se le levantarían los hispanos en su propia tierra.